Buscando un mejor sistema educativo

Publicado en por Natalia Lorena Gómez

¿Por qué hay cada vez más estudiantes a los que se les dificulta el aprendizaje? ¿Tiene la culpa el sistema educativo? ¿La infraestructura es inadecuada? ¿Los docentes no están preparados?

Incluso en las escuelas que tienen la mejor infraestructura con docentes capacitados y comprometidos con su trabajo, encontrará a muchos estudiantes aprendiendo sin esfuerzo las complejidades de un instrumento o un deporte, pero no las complejidades de lo académico.

¿Da esto una pista de lo que aqueja a la educación hoy en día? ¿No indica esto que los niños ven la educación como algo desagradable y un dolor inevitable que debería aliviarse desviándose hacia lo no académico? ¿Es la educación un aburrimiento inevitable debido al contenido o la técnica incorrecta de manejar lo académico? Los contenidos no son de nuestra elección, porque el conocimiento acumulado por la civilización debe transmitirse a las generaciones más jóvenes. Por tanto, el problema radica en la forma en que se maneja a lo académico.

¿Y cómo se ha hecho esto con el correr de los años? El maestro muestra los conceptos y luego “obliga” a la clase a practicarlos durante el tiempo suficiente hasta que sienta que los alumnos tiene suficiente práctica. Un buen profesor también utilizará otros modelos (como los audiovisuales) y además revisará estos conceptos justo antes de las pruebas o exámenes. El resultado, por bueno que sea el docente al explicar los conceptos, es lo que está sucediendo en nuestras aulas; los estudiantes captan fácilmente las complejidades de lo no académico, pero no los detalles de lo académico. Esto se debe principalmente a que el maestro empuja a los estudiantes hacia los conceptos, que es como hacer que el caballo proverbial beba. Es más fácil empujar al caballo hacia el agua que obligarlo a beber. Ésta es entonces la gran falacia de la educación tal como se realizó durante años.

¿Se puede revertir esto? ¿Cómo? Es realmente muy simple. El caballo beberá solo si tiene sed. De manera similar, los estudiantes captarán las complejidades de lo académico solo si pueden adquirir la sed de lo académico. Ahora, aquí es donde entran en juego el talento, el ingenio, la habilidad del maestro y los nuevos métodos de enseñanza, que no se basan en solo decirle a los alumnos: “deben saber esto”. El maestro, en lugar de presionar a los estudiantes para que aprendan nuevos conceptos alentando el aprendizaje de memoria, “castigando” a los que aprenden mal o recompensando a los que aprenden rápido, etc., debe guiar a los estudiantes hacia los conceptos. Sin embargo, esto requiere una inversión de roles. Hasta hace poco, el profesor asumía la responsabilidad de enseñar a los estudiantes todo el tiempo. Ahora, gracias a los nuevos e innovadores métodos de enseñanza (como flipped classroom), el profesor tiene que dar la responsabilidad de aprender a los estudiantes. Esto liberará una gran cantidad de tiempo y energía del maestro para facilitar el aprendizaje de los estudiantes. Al mismo tiempo, el estudiante ganará confianza en lo que ha aprendido y automáticamente construirá la sed de conocimiento en sí mismo. Entonces se volverá tan competente en lo académico como en lo no académico y eso también, sin ese “sufrimiento” que sienten a veces los alumnos cuando hablamos de educación.

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